Buenas Foro soy Lucas y tengo 25 años. Empecé con un trastorno de ansiedad hace unos 7 meses. Al principio solo eran ataques de pánico que venían y se iban. Mi problema radica en que desarrollé una fuerte fobia y miedo a las enfermedades y sobre todo a la muerte espontánea. Estoy con tratamiento psicológico y tuve tratamiento psiquiátrico pero no puedo tomar medicación porque sufro de Glaucoma desde los 4 años. Actualmente mi problema de ansiedad ha empeorado, al punto de ya no estar seguro de si es ansiedad o tengo otro problema. Los síntomas que presento son leves dolores de cabeza y mucha tensión cervical. También y el que más me preocupa es un ardor en la zona del cuello trasero, que no sé si son problemas cervicales, neuronales o simplemente la ansiedad y estrés que se acumulan allí. También he de decir que afecta mucho mi día a día porque no disfruto de nada por estar casi todo el tiempo que tengo la molestia en el cuello pensando en ella y desatando todo lo que la ansiedad conlleva, además de tener miedo a de verdad enfermar . Necesitaría tener o saber una confirmación de que la sensación en mi cuello sea puramente psicológica o me digan algo alentador la verdad. Muchas gracias por leer y saludos cordiales a la comunidad.
Lo de no poder tomar medicamentos creo que te refieres a la medicina ortodoxa u oficial. Decía el padre de la medicina : que tus alimentos sean tu medicina.
La muerte espontánea creo que te refieres a la muerte súbita .
En cuanto al cuello a mi me va bien con :
Te lo pones cuando te de la gana. Busca un modelo que te guste . Va por electro estimulación y tiene muy poco consumo. Te ayudará a percibir la rigidez de tu cuello. Pasa desapercibido porque la gente piensa que estás escuchando música. Incluso tiene una salida por si quieres ponerte parches en partes cercanas.
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@yorutsuki Tu problema es la hipondria. Te dejo un testo y espero que te pueda servir.
@jacobofe La hipocondría es la preocupación excesiva por la propia salud. Típicamente el paciente hipocondriaco se presenta aquejado de síntomas físicos desproporcionados y variables y se muestra más preocupado por su significado y origen que por el dolor que le causan dichos síntomas.
Indica en todos los casos un gran temor a la enfermedad y una preocupación acentuada por el cuerpo y sus funciones vitales y fisiológicas, y en algunos casos, una auténtica convicción de estar ya enfermo y cerca de la muerte.
En los más graves, presenta temores por una posible confusión en los resultados de los análisis clínicos, errores de diagnóstico, incompetencia médica u ocultación, por el especialista o la familia, de datos relevantes.
Desde la psicología existen diferentes teorías para explicar este trastorno de ansiedad. Estas son algunas de las posibles causas de la hipocondría:
Como una expresión en el cuerpo de un problema emocional
Se suele decir que el hipocondriaco habla a través del cuerpo en vez de usar palabras.
La enfermedad le ha permitido quejarse, mientras era incapaz de quejarse del problema originario (normalmente una historia de vida difícil de integrar).
Las personas hipocondriacas tienen mucha rabia y agresividad que no expresan hacia fuera, sino que la inhiben por miedo a que les rechacen o abandonen.
Hay personas que huyen de los conflictos, que nunca le dicen a su pareja, amiga o madre lo que les ha molestado porque sienten que eso puede acabar en una pérdida de esa relación; por lo que los psicólogos decimos que la actitud hipocondriaca es «la transformación del reproche dirigido a los demás en quejas o dolores propios».
Por tanto, en general, las personas con miedo constante a enfermar son personas con gran necesidad de dependencia (atención, cariño o mimos) ya que se sienten constantemente solos y poco cuidados.
Ya no me quieres, quiere a mi cuerpo
Las personas que sufren hipocondría no suelen acudir al psicólogo; han tenido que pasar por años de pruebas médicas para aceptar que su problemática está relacionado con algo emocional más que físico.
La confrontación con la idea de una vida personal insatisfactoria o de uno mismo como incompetente o fracasado es más dura de aceptar que la posibilidad de tener alguna enfermedad.
Otra característica de las personas con este trastorno de ansiedad está relacionada con la inadecuada descarga de la libido; ¿a qué nos referimos con esto? En general, las personas hipocondriacas disfrutan poco de la vida, tienen pocas relaciones personales satisfactorias, no suelen mantener relaciones sexuales y mantienen pocas actividades de ocio.
El hipocondriaco está centrado totalmente en sus dolores, apartado del mundo y con poco espacio para el hedonismo.
En realidad, la hipocondría es casi la solución perfecta: al estar enfermo, el individuo vulnerable obtiene simultáneamente la protección y la atención reclamada, tiene una excusa para la dependencia excesiva, ata a él a su protector (¿Quién podría abandonar a alguien tan enfermo?).
Como una alteración perceptiva y de la atención
Otras de las posibles teorías que explican el miedo constante a enfermar tiene que ver con que las personas que sufren hipocondría experimentan sensaciones subjetivas más intensa que otras personas de lo que les pasa en el cuerpo.
Puede deberse a mayor sensibilidad a los estímulos internos, genéticamente determinada, o bien a alguna alteración atencional o un sesgo en la interpretación de las distintas sensaciones y su significado.
La hipótesis de la alexitimia o ‘carencia de palabras para el afecto’ es muy potente en el estudio de la hipocondría. La pobreza o dificultad en encontrar palabras que describan lo que uno siente, hace que se use el cuerpo como modo de expresión.
A la persona hipocondriaca le cuesta mucho experimentar cualquier tipo de sentimiento (rabia, tristeza, alegría, ilusión)
La carencia de palabras puede ser una resistencia a abordar problemas psicológicos.
Además, las personas con dolor crónico o miedo a enfermar tienen el foco de la atención centrado constantemente en el cuerpo y no tanto en el exterior, lo que conlleva una amplificación del malestar.
Amplificación supone centrarse en los síntomas, reaccionar a ellos con intensa alarma y preocupación, codificando las sensaciones físicas como signos certeros de una enfermedad inminente.
Los hipocondriacos tienen un estilo amplificador de sensaciones corporales, es decir, un umbral más bajo para el dolor, tolerando peor cualquier sensación física.
Los hipocondriacos, por razones relacionadas con su historia pasada, han ido generando un conjunto de ideas persistentes, muchas veces erróneas y en todo caso problemáticas y poco funcionales, sobre la salud y la enfermedad. Estas ‘teorías’ o esquemas previos tienen el efecto de dirigir la atención hacia aspectos corporales que pueden considerarse anómalos o peligrosos y hacen mas probable que el hipocondriaco atribuya a enfermedad lo que otros atribuimos a factores benignos y pasajeros (por ejemplo, haber comido mucho o poco, estar nervioso, haber hecho demasiado esfuerzo, no haber dormido bien, o tener un problema físico menor).
En definitiva, habría un problema de interpretación: tendencia a hacer atribuciones erróneamente catastróficas sobre el significado y las consecuencias de las diversas sensaciones corporales. Por ejemplo, un pinchazo en el brazo es el comienzo de un ataque al corazón, un lunar o mancha en la piel que no habían visto antes es un cáncer de piel, etc.
Como una conducta social aprendida
El estar enfermo no solo es una condición física sino que supone también adoptar un rol específico que, para ser legítimo, ha de estar validado por un médico. Por eso, la relación de los hipocondriacos con los médicos es a menudo tan difícil, ya que estos, al no refrendar con su diagnóstico la ‘veracidad’ de las quejas, invalidan unos comportamientos que aquellos reivindican como justificados.
De ahí también que se molesten cuando se les informa de que su salud no presenta peligro, y que cambien tan frecuentemente de unos a otros especialistas, exhibiendo lo que se llama Doctor Shopping.
Los estudios demuestran que niños que posteriormente generaron hipocondría habían tenido experiencias de observación de padres hipocondriacos. Es posible que el haber estado observando a personas relevantes mostrando tales conductas haya ido conformando en el observador una sensibilidad especial ante las connotaciones emocionales de las enfermedades o ante posibles errores médicos: «no me puedo fiar de este médico» «Repítame la prueba porque seguro que no es válida».
La sustitución de la expresión directa por el lenguaje corporal permite expresar muchas cosas a la vez siendo el paciente solo responsable de una: «No me siento bien» o «estoy enfermo»; pero en realidad usar el cuerpo como evidencia de malestar es una forma de encubrir «Necesito que me cuides» «No te vayas».
Por supuesto, y es importante aclarar, las personas que padecen hipocondría tienen un gran sufrimiento y en ningún momento es un síntoma fácil de modificar. Muchos profesionales médicos quitan importancia a algunas enfermedades diciendo a quienes lo sufren «lo tuyo es psicológico».
Como decimos los psicólogos, las mayoría de problemas emocionales o conductuales esconden un mensaje a descifrar; los síntomas simbolizan algo que la persona quiere expresar y no sabe cómo.
Por ello la terapia no consiste como objetivo principal en eliminar el síntoma, sino en entenderlo, y será a la larga la única manera de que desaparezca el sufrimiento.
@yorutsuki. Como te decía la hipocondría, es ese miedo a las enfermedades, a la muerte excesivo. Cada vez que tienes esos sentimientos de catástrofe, activas la ansiedad y mandas al cerebro esas señales de alerta y entras en el proceso que cuentas. Es muy importante que sigas con el tratamiento psicológico y verás que lo vas a superar poco a poco. Tienes que intentar relajarte todo lo posible. Haz meditación. En YouTube tienes un montón de videos. Cada vez que esos pensamientos intrusivos te lleguen, tranquilízate, piensa que no te va a pasar nada. Yo estoy seguro de lo que vas a superar. Lo más importante es que evites un clásico que es mirar en internet posibles síntomas que tienes, enfermedades etc. Yo te mando un abrazo muy fuerte, verás que poco a poco te vas a encontrar mejor. Escribe cuando lo necesites. Mira también estás pautas¿Y cómo dejar de ser hipocondríaco? 10 consejos
#1.- Google no es tu médico de cabecera.
Y es muy importante que lo tengas en cuenta, porque al buscar información sobre un síntoma determinado vas a encontrar resultados que pueden alarmarte inmediatamente. Además, existen síntomas que pueden ser comunes a distintas dolencias. Por ello, solo un experto puede darte una respuesta personalizada.
Igualmente, desde el punto de vista del entretenimiento, en un momento en el que las series de televisión que giran en torno a la temática de la salud están tan de moda, es preferible que elijas otra oferta de ocio para entretenerte. Además, con frecuencia, estas series de televisión muestran los casos poco frecuentes. El exceso de información sin ningún tipo de filtro puede incrementar la preocupación.
#2.- Reconoce tu problema
Identifica cómo gran parte de tus preocupaciones son totalmente improductivas al estar relacionadas con pensamientos que giran en torno a este asunto que te desborda. Al identificar aquello que te hace sufrir, puedes tener un mayor autocontrol para superarlo. Por ejemplo, puedes hacer una terapia psicológica para identificar las causas de tu malestar y desarrollar nuevos recursos de respuesta que te enseñen cómo dejar de ser hipocondríaco.
#3.- Desdramatiza la situación
Es evidente que la enfermedad forma parte de la vida. Sin embargo, en muchos casos, los síntomas de una dolencia son leves y totalmente curables. Y en el caso de una persona hipocondríaca, incluso puede llegar a sentir que no se encuentra bien a pesar de que objetivamente su salud es perfecta. Por tanto, deja de lado la exageración y la queja que solo amplifica un síntoma de una forma totalmente distorsionada, y aplica el sentido del humor. ¡Un curso de risoterapia puede ser muy efectivo para desarrollarlo!
#4.- Busca otros temas de conversación
Si esta circunstancia te hace sufrir es porque dedicas gran parte de tu tiempo a hablar sobre los síntomas, el dolor corporal, la medicina, los diagnósticos, las enfermedades, los tratamientos y las terapias. Ha llegado el momento de cambiar el foco de un modo consciente para centrar la atención en un objetivo distinto.
Por ejemplo, cuando quedes con tus amigos para compartir un plan, busca otras distracciones de conversación. Intenta compartir tus motivos de alegría, tus proyectos profesionales, tus próximos viajes… La clave para saber cómo dejar de ser hipocondríaco reside en tener una actitud optimista.
#5.- Analiza tu experiencia
Piensa en las veces que has acudido al médico creyendo que te ocurría algo grave y saliste de la consulta con la buena noticia de tener una salud de hierro. Por tanto, a través del ejemplo de tu propia experiencia puedes confrontar tus miedos para darte cuenta de que esta preocupación no te ayuda a ser feliz. Recuerda esas situaciones con más frecuencia para entender que reaccionar en este momento del mismo modo no te va a dejar evolucionar puesto que seguirás repitiendo patrones de comportamiento totalmente similares.
#6.- Evita el efecto contagio
Ten especial cuidado con no alimentar tus propios temores en la compañía de personas que también suelen exagerar sus preocupaciones de salud. De lo contrario, este efecto contagio puede producirte más angustia. Por el contrario, la influencia de amigos positivos, alegres y con sentido del humor puede ser terapéutica para influir de manera directa en tus miedos. Por tanto, para saber cómo dejar de ser hipocondríaco, es importante tener una actitud de aprendizaje.
#7.- Refúgiate en los pensamientos positivos
Cuando experimentas una preocupación de salud, tu propio organismo experimenta sensaciones asociadas al estrés generado por esos pensamientos preocupantes que dan como resultado un diálogo interior que te hace sufrir. Para intentar frenar este malestar, busca un lugar tranquilo, adopta una postura cómoda y respira profundamente para intentar tranquilizarte. Es recomendable que intentes observar la influencia de tus propios pensamientos positivos o negativos en tu nivel de bienestar general.
Es decir, en función de las ideas que pasan por tu mente, te sientes mejor o peor. No se trata de reprimir esos pensamientos sino de aprender a generar alternativas ante esa situación. Los ejercicios de relajación pueden ser especialmente efectivos para lograr ese propósito. Pero, también, puedes crear anclajes por medio de mantras que te dices a ti misma para tranquilizarte. Elige una frase que te dé calma. Puedes repetirla en voz alta si necesitas escucharla para que cale con más fuerza en tu corazón.
#8.- Busca ocupaciones externas
El nivel de atención a esta cuestión se reduce en la medida en la que tienes otros asuntos que ocupan tu mente e intentas distraerte: lectura, actividades culturales, aprender a tocar un instrumento musical, deporte, paseos, turismo… Por medio de la generación de nuevos hábitos y el aprendizaje emocional, puedes ir superándote poco a poco. No se trata de vencer el temor en un día sino de aprender a convivir hasta llegar a superarlo. Piensa que si otras personas han pasado por esta situación y han podido superarla, tú también puedes. Solo necesitas tener paciencia y tomar conciencia de que necesitas hacer cambios en tu vida.
#9.- No te sientas culpable
Si te preguntas cómo dejar de ser hipocondríaco, no te culpes por sentir de este modo o por tener estas reacciones. Intenta ser comprensiva contigo misma. No se trata de algo que haces a propósito. Por tanto, en este tipo de contexto, intenta ser amable y tener empatía. Para ganar mayor distancia emocional respecto a esta situación, intenta pensar qué consejos para la hipocondría le darías tú a un familiar si estuviese sufriendo tanto como tú. Escribe una enumeración de consejos y sugerencias que te gustaría hacer en ese caso. Después, lee detenidamente esas reflexiones porque son mensajes que pueden ayudarte a ti.
#10.- Potencia tu salud
¿Pero cómo curar la hipocondría definitivamente? Alimenta el concepto de salud en tu vida. Por ejemplo, observa a tu alrededor el ejemplo de personas mayores de 80 años que tienen una buena calidad de vida y gozan de buena salud a su edad. Es cierto que existen enfermedades. Sin embargo, el bienestar social también es observable a partir del incremento de la esperanza de vida. A su vez, busca el contacto con espacios naturales que por sí mismos son una fuente de vitalidad natural. Lugares que en cada estación del año tienen unos matices de color y te aportan unos estímulos que te ayudan a trascender más allá de ti mismo (algo importante porque una persona que sufre hipocondría está muy pendiente de sus sensaciones).
¿Qué ganas preocupándote tanto por algo que no ha pasado todavía? Una cosa es cuidar tu salud y otra muy distinta obsesionarte con el menor síntoma. Invierte el tiempo que dedicas a preocuparte en otros objetivos que dependen de ti, por ejemplo, adoptar un estilo de vida activo, cuidarte y disfrutar de la vida. Intenta marcarte objetivos personales concretos y realistas que te ayuden a avanzar en la dirección deseada de superar este miedo recurrente a la enfermedad. ¿Cuál va a ser el primer paso que vas a dar?